1/12/10

FELIZ NAVIDAD

¡FELIZ NAVIDAD! Llegan las fiestas nuevamente y con ellas el bullicio en la calles de nuestra ciudades. Las campanas replicando en las radios y televisión, indicando un nuevo tiempo de armonia y felicidad, los negocios a pleno como si fuera la ultima de las ultimas compras, como si el fin del mundo se viniera. Los saludos acostumbrados entre las personas conocidas y entre nosotros los latinos, aun en los que no conocemos, pues asi somos los latinoamericanos, nunca les negamos el saludo al vecino, al cartero, o cualquier personas con las que en estos dias téngamos  contacto, pues es navidad. Nos preparamos para las compras de rutina de esos días, el clasico pan dulce, los turrones, las bebidas, etc, y tambien ya aparecio el viejo papa Nicolas, como si el fuera en verdad el dueño de la navidad, y dentro de nuestra cultura que cada vez mas se confunde con la de los paises del norte, mas nos vamos olvidando no solo de nuestra identidad, sino del verdadero sentido de la Navidad.
Noche de paz, noche de amor, todo duerme en derredor, entre los astros que esparcen su luz, bella anunciando al niñito Jesus. Pero cuantos en verdad recuerdan la primera navidad hace mas de 2010 años donde en una aldea de Belen en la antigua Palestina, el niño Dios, Emanuel, Dios con nosotros, vino al mundo quizas en una noche tranquila de vaya a saber que fecha de aquel dia en que el Hijo Eterno de Dios, descendio del cielo para hacerse humano. ¡Dios hecho hombre! que maravilla! El evangelista San Juan escribe en el capitulo 1 de su libro, En el principio era el verbo y el verbo era con Dios y el verbo era Dios, y añade el verbo se hizo carne, el verbo, la palabra viviente de Dios en el mundo, Dios hecho hombre, nacía en Belen, para reconciliar al hombre con Dios.
¡Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz y buena voluntad para con todos los hombres!
Que diferencia esa noche a estas noches, un niño naciendo, ángeles anunciando su llegada, pastores corriendo a adorarle y unos sabios de oriente a ofrecerles incienso, oro y mirra. Hoy bullicio, algabareria, comidas y bebidas desenfrenadas y en millones y millones de hogares, ningun recuerdo del niño Dios que transformó y sigue transformando vidas y corazones a todos aquellos que reconociendo que el no solo nacio, vivio y murio para que todo aquel que cree en el no se pierda mas tenga vida en abundancia. Recordemos tambien aquellos que  no solo en nuestra America sino en Africa, el sudeste de Asia, no saben, no entienden, y no tienen en su mesa lo que otros tanto pudieran ofrecer, y brindemos para que pueda Dios y si estuviera a nuestro alcanze brindar a los desposeidos un plato de alimentos a todos aquellos que quizas en estos dias no lo tengan. Y entonces escucharemos a aquel que dijo: En cuanto lo hicisteis a unos de estos pequeñitos a mi me lo habeis hecho, y entonces si con el gozo de haber podido hacer una buena obra por nuestro projimo podremos decir ¡Feliz Navidad!

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